miércoles, 24 de octubre de 2012

Primeros minutos. El salto de La Pulga



Después de 9 minutos atónitos respondo a la pregunta que nos hacemos todos. Sí, es el mismo. Cómo puede ser que hiciera eso? Se trata del mejor jugador de todos los tiempos. A mi personalmente, a día de hoy, inimaginablemente repetible.

El chaval salió en escena. Se abrió el telón y empezó la función más larga y más bella (aún sin final), que se recuerda en la historia del fútbol. Lionel Andrés Messi Cuccitini. Con 18 años recién cumplidos enamoró al mundo. Ese trofeo Joan Gamper, delante de la Juventus, fue el inicio. Empezó prendiendo al Camp Nou, siguió con Rijkaard y acabó con Capello. 

Meses antes, el 16 de Octubre del 2004, había debutado. Nada que ver con lo que hizo en el Camp Nou esa tarde de Agosto.

El estadio se volcó con el pequeño cuando quedaban 10 minutos para el final y el resultado era de 2 a 2. "Messi, Messi, Messi" retumbaba el templo. La primera vez que se oía la sinfonía más bella del estadio azulgrana. Aún continúa. Porqué el "diablo", así lo bautizó Capello ese mismo día, no ha dejado de hacer diabluras. 

Hasta el tacaño de Fabio Capello, verdugo del argentino ese día, confesó: 
- Le había observado con la selección juvenil argentina y ya me pareció un gran jugador, pero otra cosa es verlo en este estadio, con esta camiseta, delante de tanta gente. Nunca había visto un jugador de tanta calidad.-

Fabio, se llama Leo.



Y ese día en que deslumbró al mundo, Leo Messi regaló una asistencia mágica a Andrés Iniesta. Una asistencia, que nos recuerda a la del 4o gol (Villa), del famoso 5 a 0 del Barça al Madrid de Mourinho.

Ese día de Gamper, todo fue diferente. Los aficionados se quedaron atónitos. Quién era esa pulga con el número 30? Quién era ese chaval con aquel descaro? Lejos se encontraban de pensar que era su futuro ídolo.
- Déjalo, es un animal.- le confesó años después Pedro a Ander Herrera en un Zaragoza - Barça de Liga. 

En esos instantes era Messi en esencia. Era el bebé que no había crecido. Que no quería crecer. Anárquico e imparable. Con el balón domado en los pies y la portería cómo único objetivo. Vertical, fino, veloz, intratable. Leo Messi.

El pequeño animal se atrevió a ridiculizar a jugadores de la talla de Cannavaro (que el año siguiente fue el Balón de oro), dejar en evidencia a Chiellini, o desquiciar a Vieira, quien "pegó", literalmente a Messi, al sentir impotencia delante de un joven de medio metro. Perdón 1,69.

Bonita fue también la conversación que tuvieron Frank Rijkaard y Fabio Capello en la media parte:
- Este chico no puede jugar en el Barcelona porque es extranjero, déjamelo una temporadita que yo sí lo haré jugar en la Juventus. Luego te lo devuelvo.- Le dijo Capello al holandés. Pero Rijkaard ya sabía quién tenía delante:  
- Olvídalo, que lo vamos arreglar en unos meses.-
La verdad es que sí, lo arreglaron. De hecho no tardaron ni un mes en hacer Leo Messi español.

El dios azulgrana bajo al pasto el 25 de Agosto del 2005. Y ya no se ha ido. De hecho ha confesado que su descendencia, le sigue y se llama Thiago Messi. "El Gamper de Messi", así pasó a llamarse ese día. El día.








martes, 16 de octubre de 2012

Minuto 125. Cucchiaio Pirlo (bis)

Se repitió la historia. Lo que parece imposible en el mundo del fútbol sucedió. Una jugada calcada, en un momento calcado, con camisetas calcadas. La azzurra. Una con el 20, Francesco Totti, la otra con el 21, Andrea Pirlo.


El 24 de Junio del 2012, Andrea Pirlo decidió, al igual que su compatriota Totti, pasar a la historia en la tanda de penaltis de un Europeo. 

"Mo je faccio er cucchiaio", dijo Totti en esa semifinal del año 2000 delante de Holanda. Gracias a Enric González, hemos podido saber la "bella" historia de ese penal, y como ese joven romano dejó con cara de cuadros a Paolo Maldini en el centro del campo. Francesco Totti, acarició a lo Panenka ese penalti de semifinales, delante estaba ni más ni menos que Van der Sar. Hizo la "cuchara". Así se bautizó en Italia des de Francesco. Cucchiaio.



11 años y 360 días, después volvió a suceder. Europeo de Polonia, cuartos de final. Italia contra Inglaterra. El partido llegó al final de los 120 minutos (0-0). Empezó la tanda y el loco de Balotelli batió a Hart. No falló Gerrard, que puso el 1-1 para los británicos. Para los transalpinos erró Montolivo,  directo a fuera. Wayne Rooney metió (2-1). Con el 2 a 1 en contra, el penalti para los italianos era decisivo. Entonces el 21, el líder silencioso, apareció.



Sin dudar, ni titubear. Mimó el balón con el pie derecho, que cruzó los once metros de la manera más inverosímil ante la mirada de los aficionados, entre ellos Hart. El arquitecto ni despeinó su cabellera. Cucchiaio. Otra vez.

Más tarde Buffon se encargó de hacer su trabajo para pasar a Italia en semifinales. De hecho, se confiesa que la idea fue de Buffon. «Le dije a Andrea cómo tenía que lanzar el penalti». Pues no lo hizo nada mal. Puede que el guardameta se acordara de Totti, y que su memoria tirara 11 años atrás  para rememorar en ese momento el famoso cucchiaio. Pirlo hizo de Totti y cambió la dinámica de la tanda.

"Vi que Hart estaba muy motivado. Quería meterle presión. Pensé que lo más fácil para eso era tirar el penalti como lo tiré". Así de fácil lo vio el de Brescia. Un jugador que se fue del Milán porque no le querían, y decidió recaer en la Juventus y así liderar el campeón del Scudetto. 

Líderes en el campo. Así son Totti y Pirlo, puros estilistas que se encuentran en un hábito sobrenatural y bajan cada domingo al césped para regalarnos su magia. Poco les debe quedar (cuestión de edad). Habrá que disfrutarlos.



domingo, 14 de octubre de 2012

Minuto 88. La chilena de Rivaldo; chilena de 10

Volvió. Esta vez en la grada. Rivaldo. Vitor Borba Ferreira se sentó en el palco del Camp Nou el último clásico liguero (2-2). Antes, no desaprovechó su momento para fotografiarse con el mejor jugador de la historia del fútbol.

Fotografia publicada en twitter por el propio Rivaldo

Su mente pudo rememorar y buscar en sus recuerdos lo que hizo ahora hace 11 años. La chilena más bella, más plástica y más trascendente en la historia del Barça. Una chilena que, a día de hoy, los barcelonistas recordamos con una sonrisa. Una chilena que rubricaba un hat trick y que 11 años después, sigue dibujando una sonrisa melancólica para recordar un minuto 88 irrepetible.

El momento

Domingo 17 de Junio del año 2001 

Último partido de la temporada, dónde el Barça llegaba con necesidades históricas, en los tiempos que corrían, y necesidades alarmantes de ser en Champions la siguiente temporada. La Champions era el premio menor de una temporada notablemente deprimente.  Al Valencia le valía un empate para ser en Europa. De hecho, al Valencia de Cúper, le gustó el partido, a lo largo de los 87 minutos.

El bueno de Frank de Boer, con un Camp Nou agonizando (75.000 espectadores), y mostrando el nivel de juego de antaño, colgó un balón desde la zona de tres cuartos a la frontal del área. Allí se encontraba el zurdo, con el 10 y las Mizuno calzadas. El balón que salió templado del pie izquierdo del holandés, pasó por encima de las cabezas de Albelda y Baraja. El cuero se acomodó en el pecho, del que había sido balón de oro dos años atrás (1999). Rubén Baraja, unos de los grandes líderes de ese Valencia, a punto estuvo de tocar el balón con la cabeza.

El 10 acaronó el esférico con el pecho, que quedó suspendido por encima de las 22 cabezas. Philippe Cocu, a dos metros, fue el espectador de lujo. Con el balón detenido en el aire, el rápido juego de pies izquierda-derecha, permitió al Paulista elevar su cuerpo en paralelo con la moqueta verde. El movimiento con la pierna derecha le permitió coger la fuerza necesaria para empalar el cuero con el empeine de su zurda

El obús salió despedido dirección portería, mientras su cuerpo caía mansamente al césped. Al igual lo hizo el balón. En el césped y en la red. La parábola empezó en la zurda del brasileño, y se ajustaba ferozmente a la base izquierda del palo de Santi Cañizares. Base inalcanzable para el arquero, al tocar el balón en el lateral interno de la red. Después del vuelo, Rivaldo cayó al suelo. Detrás de él se derrumbó el Camp Nou, que acababa de ver el hat trick de su ídolo. Era la puerta a Europa.


La vuelta del brasileño, sucesor de Romario y Ronaldo en el Camp Nou, es un excelente baúl de recuerdos. El  Patapalo es único en la historia del Barça. Su chilena es historia viva, aún más, cuando el protagonista vuelve al escenario de los hechos.