Sir Bobby Robson se lleva las manos a la cabeza y no da crédito. "Cómo es posible", debería
pensar Bobby, cuando vió que el crio de 20 años desvalijaba a la defensa del Compostela,
después de recorrer todo el medio campo. Ronaldo Luis Nazario da Lima, en su única temporada de blaugrana, la 96-97, tuvo tiempo suficiente para dejar una jugada para la posteridad. 11 segundos.
El multiusos de San Lázaro pudo comprobar cómo esa noche, el niño prodigio pasó de adolescente a adulto, con esa carrera de 48 metros y cuero en el pie, cruzando la puerta de los escogidos.Era el tercero de la noche en el minuto 35 del primer tiempo. Antes, El Fenómeno ya se había divertido con su juguete, la defensa del Compostela, con dos asistencias.
40 metros en 11 segundos con sólo 14 toques, gentileza del maestro Ramon Besa en El Pais . Ronaldo cogió el balón en campo propio en la parte izquierda del círculo central, trastabillado por Chiba, quién hizo lo imposible para pararlo. Cruzó el medio campo a la velocidad endemoniada con el único objetivo de la portería. Entró en el área, recortó con el exterior de su pie derecho a William y con un doble toque de derecha a izquierda, al más puro estilo Fuentealbillesco, engañó a Bellido para situarse entre el área pequeña y el punto de penal, dónde, dejando caer su cuerpo hacia atrás, finalizaba raso, potente e inabastable al palo corto de Fernando Peralta.
Con los brazos medio estirados, medio caídos en forma de avión y la sonrisa de conejo, Ronaldo lo había hecho. Y lo mejor de todo, lo sabía.
Ese 12 de Octubre, esa zancada del 9 azulgrana, esa velocidad, potencia y determinación, quedó en la retina de los culés, a lo que muchos responden que Il Fenómeno es el mejor 9 puro que han visto en los últimos 30 años de azulgrana, con respetos a Samu. Máximo anotador de la historia en un mundial (2006) con 15 goles y determinante en todos los equipos y camisetas que se ha enfundado.
Esa temporada 96-97, sólo tuvo tiempo de hacer 47 goles y despertar del insomnio que vivía el club después del Dream Team. Stoichkov, le acariciaba cariñosamente la cabeza rapada en la celebración del hito de Compostela. El 9 define en esos 11 segundos lo que hay en su esencia: Ronaldo contra el mundo, Il Fenómeno contra todos.
