1.- Nunca sabremos si a 24 minutos del final, impulsado por la euforia del gol del empate conseguido por Alexis tras cien rebotes, el Barça habría podido remontar la cuesta arriba y situar la Liga en un puño. Pero sí sabemos que hasta ese momento -y también a continuación- acumuló una montaña de errores. Y sabemos algo aún más tangible: que Özil tardó tres minutos en fabricar un pase señorial para que Cristiano matase la Liga.
2.- Campeón de Liga merecido este Real Madrid consistente en su regularidad, mortífero en la pegada, contundente en la organización defensiva. Al término de las 38 jornadas habrá tenido muy pocas lagunas y escasas ausencias. Su juego imperial del primer tramo de temporada no ha tenido continuidad en el segundo, pero ha sabido amarrarse a su inmenso espíritu competitivo para sacar adelante un título que el Barça le ha peleado hasta las heces.
3.- El Barça de las imprecisiones frente al Madrid de los aciertos. En otras ocasiones fue al revés, pero hoy todo marchó en la misma dirección. Al descanso, el equipo local había batido su plusmarca absoluta perdiendo nada menos que 42 balones, una barbaridad estadística para un equipo acostumbrado a jugar en una baldosa y no perder nunca el cuero. Incluso un muro como Puyol se dejó comer la tostada ante Khedira en un primer gol que dio alas al futuro campeón.
4.- Para el Madrid todo son aciertos. Los mediocentros tapan toda la zona ancha; Sergio Ramos se anticipa a cualquier acción rival; Benzema realiza un prodigioso partido defensivo; incluso Coentrao se ve capaz de fijar a un Alves al que nunca le funciona el juego estático y Arbeloa parece reencontrarse frente a un Tello superado por la trascendencia.
5.- El resultado final, el desempeño general y la acumulación de errores individuales parecen quitarle la razón a Guardiola en su propuesta. Ha sido una propuesta de riesgo, sin duda, pero sigo pensando que los resultados jamás te dan ni te quitan la razón. Te dan títulos o victorias, pero nunca la razón, que no forma parte del resultado deportivo. Probablemente se equivocó en la propuesta, aunque ni Tello ni Thiago fueron decisivos en la derrota, por cierto. Pero Pep no acertó.
6.- Mourinho sale con su once de confianza. Ha sido una decisión valiente y también arriesgada. Ha querido ganar el título sin esperar a que la Liga se desangrara en los futuros encuentros. Lo ha logrado a partir de una organización defensiva excelente y una convicción espléndida de sus jugadores. Clave absoluta la vigilancia zonal de sus dos mediocentros.
7.- Xabi Alonso sobre el costado izquierdo, ayudando a Coentrao, obstaculizando a Messi, dejando algo libre a Xavi Hernández. Khedira, monumental en la vigilancia a Iniesta sobre la banda opuesta. Posiblemente, el mejor defensor del encuentro. Xavi e Iniesta entre líneas, muy altos, dejando la base a Busquets y un Thiago de inmensa personalidad, pero numerosos errores en decisión. Sí, Thiago no ha tenido su noche, pero ha muerto presentando grandes credenciales para el futuro.
8.- Defensa de tres en el Barça y dos estacas abiertas arriba: Alves estático, fijado por Coentrao, magnífico en la marca, perrático en la salida de balón; y Tello, al que Arbeloa le aguanta tres sprints y le come la moral. La entrada de Alexis en el segundo tiempo certificará la necesidad de su presencia, pues él solo se bastará para apretar a la pareja de centrales blancos.
9.- El gol tras saque de esquina del Madrid beneficia exponencialmente los objetivo de su técnico. Le permite un repliegue profundo y defender atrás. No muerde ni presiona, pero tapa los espacios. Barça con balón, Madrid con espacios. Benzema de cuarto mediocentro, en una tarea hercúlea, confirmando que es un prodigioso delantero con alma de interior.
10.- El Barça busca la espalda de los dos mediocentros blancos a partir de los dos interiores, Xavi e Iniesta, pero fracasan en el intento hasta acabar superados. Xavi, dismiunido por esa tendinitis que le limita, sube dos peldaños su posición para intentar influir, sin conseguirlo. Iniesta parte desde dentro, pero Khedira le amarga la noche. El segundo tiempo será aún peor para ambos, pues el Madrid se repliega a lo Chelsea y ahí, sin hueco, agonizan junto a un Messi enmarañado en el ovillo blanco.
11.- El espacio le gana la partida al balón. Así de simple. Guardiola imagina un modo de superar al contrario, pero la realidad le contradice. Por dentro, sus jugadores no generan ningún espacio por más que se empeñan. Las mejores ocasiones surgen al revés: de dentro hacia fuera, lo que no es igual de peligroso aunque el empate llegue así.
12.- Cierra el Madrid todo el interior y anula a los de fuera. Este ha sido su gran acierto y con ello certifica merecidamente una Liga en la que ha sido más regular que su oponente, ambos a niveles fuera de serie. El Barça acumula errores en todo el partido, casi como paradigma de una temporada con altibajos excesivos por motivos dispares. Su entrenador y su capitán se han aprestado a felicitar al Real Madrid con la dignidad que nuestra Liga merecería y que tanta gente, desde tantos rincones, torpedea a diario.
y 13.- Habrán sido dos locomotoras espléndidas peleando durante meses en un reto inolvidable. Llegarán ahora momentos interesantes para ambos: la digestión de la victoria para un vestuario madridista que llevaba tres años dolientes a la sombra de su rival y que parece tener muchas cuentas externas pendientes; y la asimilación de la derrota por parte de un barcelonismo con raíces cainitas que a estas horas debe andar dudando de un equipo irrepetible y un entrenador excepcional.