martes, 13 de diciembre de 2011

Minuto 40. El pisotón de Stoichkov

Ida de la Supercopa de España de la temporada 90-91. Barça-Madrid. 5 de diciembre. Nos situamos en el minuto 40 de partido con el resultado de 0 a 0. El temperamental crack del Barça, Hristo Stoichkov, recibió un pase de Miquel Soler. Controló escorado en la banda izquierda de la línea de medios del Camp Nou. Cerca de los banquillos. Se tiró el balón largo para superar a Chendo que con una entrada criminal lo derribó. El búlgaro, enfundado en la mítica camiseta Meiba azulgrana, explotó.


Se desató la ira de Hristo. El 8 del Barça, que llevaba pocos meses en la casa, no controló sus nervios y protagonizó uno de los grandes momentos de los historia de los clásicos. Bajo la atenta mirada de Miquel Soler que restaba a su lado, endosó un pisotón con su pie izquierdo, al pie derecho a Urizar Azpitarte. Mirándole fijamente a los ojos, le clavó todos sus tacos al pie del colegiado. Urizar se giró y se fue cojeando. Hristo fue expulsado. Esa acción lo mantuvo alejado de los terrenos de juego durante dos meses de suspensión. A parte, dos partidos más por aplaudir y protestar a Urizar su decisión. Sólo 24 horas más tarde, Stoichkov salió a pedir disculpas públicamente al árbitro y a sus compañeros por lo cometido. Esencia Hristo.

La esencia de un jugador que se encuentra entre los 100 de la FIFA. La esencia de lo que unía rapidez, habilidad y temperamento en un mismo cuerpo. Pilar indiscutible del Dream Team y mito en la historia blaugrana. No era sólo un búlgaro con carácter. Era un jugador diferente, especial. Temperamental. Histriónico. Un crack.


Su pisotón a Urizar Azpitarte pasó a la historia. Al igual que
todos los momentos, acciones y goles que nos regaló. Campeón de 4 ligas consecutivas y la Copa de Europa del 92. Balón de Oro, pisotón de madera.